Tengo un leve recuerdo de mi papá enseñándome a escribir el carácter chino 正 (zhèng). No recuerdo bien cuándo fue ni dónde estábamos, pero recuerdo que yo era un niño y que estábamos esperando por algo o alguien. Mientras esperábamos, mi papá sacó un pedazo de papel y una pluma y me propuso un juego. Escribió el carácter en el papel y me explicó el orden en el que se hacen los trazos: Primero la línea horizontal de arriba, luego la vertical del medio, después la horizontal pequeña del medio seguida de la vertical pequeña a la izquierda, y por último la horizontal de abajo. Todos los trazos se hacen siempre de izquiera a derecha si son horizontales y de arriba hacia abajo si son verticales. Después de esta complicada explicación para escribir un carácter tan sencillo, procedimos a jugar. Él hacía un trazo, yo el que seguía, después él y luego yo… Y así, nos turnábamos para hacer un trazo cada uno y perdía el que hacía algún trazo en el orden o la dirección incorrecta.
Al sol de hoy aún no tengo claro que significa ese carácter ni cómo usarlo en una oración, pero en Taiwán tiene un uso bien práctico y curioso. Muchos restaurantes en Taiwán no tienen menús como los de Friday’s con fotos y descripciones detalladas de cada plato con la esperanza de engancharte en ordenar algo que probablemente cuando te lo sirven se parece muy poco a lo que te imaginaste o a lo que te mostraba la foto. Muchos restaurantes en Taiwán imprimen su menú en hojas de papel que los comensales puede rayar. Este tipo de menú es generalmente una lista de cada plato que se prepara en el restaurante y al lado de cada plato hay un pequeño espacio en el que uno especifica cuántas unidades quiere. He aquí un ejemplo:
Para especificar la cantidad, utilizas el famoso carácter que describí arriba. Si quieres una unidad de un plato escribes el primer trazo del carácter. Si quieres dos unidades, escribes los dos primeros trazos. Si quieres tres, escribes los tres primeros trazos. Y así, cada trazo es una unidad. Si quieres seis unidades, escribes el carácter completo y al lado escribes el primer trazo. Cuando terminas de marcar todos los platos que quieres para la mesa, le entregas el papel a la mesera o lo llevas a la cocina.
No tengo muy claro de donde salió esa costumbre. La profesora nos dijo el otro día que de esa manera es más fácil para el cocinero saber cuántos tiene que hacer de cada plato sin tener que diferenciar entre los caracteres chinos que representan los números. No estoy tan convencido, ya que los caracteres que representan los números son bastante sencillos y es relativamente fácil diferenciar el uno del otro, pero puede ser que al cocinero le tome más tiempo leer la orden de esa manera. Algo que se me ocurre que justifica la explicación de la profesora es que también hay caracteres súper complicados para escribir los números, que son los que se usan para llenar los formularios para retirar y depositar dinero en el banco. Comparando escribir y leer esos caracteres más complicados con escribir y leer 正 o algunos de sus trazos, la segunda opción es obviamente más sencilla. A pesar de todo, hoy en día todo el mundo entiende los números arábigos en Taiwán, así que si no tienes idea de esta rara y complicada costumbre, puedes escribir 3 sin enredarte ni tener que acordarte cuales eran los tres primeros trazos.
Algo que me parece curioso relacionado con esta costumbre, es que en los dos meses que llevo en Taiwán, he comido en restaurante TODOS los días y no he dado propina ni una sola vez. Las veces que he ido a comer con amigos taiwaneses, noté que ellos tampoco dieron propina. En Estados Unidos esto obviamente es muy distinto, ya que uno siempre deja propina porque de eso viven los meseros. Y en Panamá… pues la agringasón se pega. El otro día le pregunté a la profesora si había alguna situación en Taiwán en la que uno debe dar propina y me dijo que no, pero que si le quería dar propina a ella, ella no se ponía brava.
Me quedé pensando entre la relación entre estas dos cosas, la manera que uno ordena la comida en Taiwán y no dar propina y llegué a dos conclusiones interesantes. Primero, las meseras en estos tipos de restaurantes en Taiwán tienen dos funciones: Llevar la comida de la cocina a las mesas y limpiar las mesas apenas se desocupan. A veces llevan el papel que llenas con tu orden a la cocina por ti, a veces tú mismo llevas la orden a la cocina. De hecho, las meseras ni siquiera te llevan bebidas a la mesa. En muchos restaurantes, hay neveras en el comedor y cada quien saca lo que quiere y lo apunta en el papel como parte de la orden. Al final del día, el trabajo de la mesera es asegurarse que el restaurante funcione eficientemente. Al dueño le interesa que esto sea así, así que a él le conviene pagarle a la mesera lo que se merece para que haga bien su trabajo. Siendo ese el caso, ¿propina pa qué?
La otra conclusión a la que llegué es que ese modelo de los restaurantes en el que el comensal tiene que dejarle propina al mesero es una manera bien sangrona de tratar a tus meseros. Los meseros en esos restaurantes no sólo tienen que llevar la comida a las mesas y limpiar las mesas apenas se desocupan. Los meseros además deben ser amables, hablarte paja, sonreírte, y estar pendiente de que tu vaso siempre esté lleno para que poco a poco te induzcas una diabetes semi-gratuita con la cantidad exagerada de soda que terminas tomándote en una sola comida. Tú como dueño del restaurante tienes todas esas expectativas de tus meseros y encima tienes las pelotas de decirles, “¿Pero sabes qué? Yo no te voy a pagar, que te pague el cliente si le gusta como lo atendiste.” Obviamente, el contraargumento es que si el cliente tiene en sus manos esa decisión, el mesero se va a esmerar más, el cliente es más feliz y le va a pagar más generosamente. Eso es paja. Nadie quiere gastar más plata de lo necesario y usamos cualquier error que cometa el mesero para no pagarle, por mínimo e insignificante que sea el error. Opino que el dueño del restaurante debería pagarle bien a su gente para que hagan su trabajo. Y si te importa que sean amables, ¿por qué contratas gente grosera y la amenazas diciendo que no les van a pagar si no son amables con el cliente? ¡Ésa sí que es una buena idea! Mejor contrata gente amable, ¿no? Si así fueran las cosas, vuelvo y repito, ¿propina pa qué?